lunes, 29 de diciembre de 2014

Un trocito de gloria

En unos ojos claros descubrí,
la melodía infinita de su Amor.

En su rostro tierno y sereno,
he “visto” a Dios.
En las palabras que le escucho,
reconozco Su voz.

En unas manos sencillas,
he sentido su tacto.

Y por sentir, he sentido,
su alma junto a la mía.

Y he sentido tanto Amor,
en mi corazón,
que he llorado de gozo.

En un abrazo suyo,
me abrazaba Dios.

Y mi sonrisa ya olvidada,
nunca olvidará,
el calor que me dio.

Porque en todo mi ser,
por fin estaba Dios.

Porque en toda mi vida,
no llegué a sentir tanto Amor.

Porque hasta el agua del mar,
se ha vuelto de plata.

Porque por primera vez,
he sentido por fin,
he sentido por Ti,
que mis ataduras se desatan.

Con Amor, para Manoli, la intercesora de mi vida.
Gracias por estos ocho meses de Amor, entrega y servicio,
Te quiere, Sara.

Acompañé a esta joven (sumergida en el mundo oscuro de la droga) durante un año, la acogimos en casa, en familia, hasta acompañarla a Proyecto Hombre, descubrió el don de escribir y me dedicó algunos poemas; este es uno de ellos.

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