lunes, 29 de diciembre de 2014

Del Evangelio de Juan (Jn 3, 1-5)

Del Evangelio de Juan (Jn 3, 1-5)

Un hombre, llamado Nicodemo, miembro del grupo de los fariseos y principal entre los judíos, se presentó a Jesús de noche y le dijo: Maestro sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos; nadie en efecto, puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él. Jesús le respondió: Yo te aseguro que el que no nazca de lo alto no puede ver el reino de Dios. Nicodemo repuso: ¿Cómo es posible que un hombre vuelva a  nacer siendo viejo? ¿Acaso puede entrar de nuevo, en el seno materno para nacer? Jesús le contestó: Yo te aseguro que nadie puede entrar en el reino de Dios,  si no nace del agua y del Espíritu. 

Meditamos la Palabra
Este Evangelio nos muestra otro encuentro con Jesús y nos enseña el camino de salvación, los pasos que hemos de dar para entrar en el reino de Dios y nacer a la Vida nueva, mediante el Bautismo.
Nicodemo, puede ser cualquier persona de nuestro tiempo, siente simpatía por Jesús, pero no por su Iglesia. Cree en Él, a su manera, por los signos que se mueven a su alrededor, pero después, teme al qué dirán, si se compromete más.

Por eso va en busca de Jesús por la noche, es decir cuando nadie le puede ver. Para Jesús, eso no es suficiente <> es decir, de la Vida de Dios. Tiene que nacer de nuevo del agua y del Espíritu, para ello ha de recibir el Bautismo, que se realiza en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Solo así nacerá a la Vida nueva, e irá creciendo en la fe, dentro de la Iglesia.

Manuela González Aguilera

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