lunes, 29 de junio de 2015

Don de Dios

Empapa la tierra seca,
de mi pobre corazón,
para Amarte como mereces
ser Amado, Niño Dios,
con tu Dulce y Puro Amor.

¡Qué dulce, son tus Dulzuras!
¡Qué delicia, tu divino Amor!
¡Qué perfume, tan delicado!
¡Qué vino, de buen sabor!

Es el Don de Dios al mundo,
para alumbrar toda la tierra,
para dar vista a los ciegos,
abrir los cerrojos de nuestro corazón,
romper la sordera del alma,
abrir los labios mudos,
hacer saltar al paralítico,
para anunciar su Salvación.

Manuela González Aguilera

¡Oh buen Jesús!

Te hiciste Niño,
para que todos,
pudiéramos llegar a Ti.

¡Qué Amor más tierno!
¡Qué dulce tu Amor!
¡Qué Amor más Puro!
¡Mi Niño Dios!

¡Oh buen Jesús!
Eleva mi alma hasta Ti,
que soy pequeñita
y no llego alcanzarte.

¡Quieres jugar conmigo!
¡Juguemos los dos!

Yo te doy mi alma,
Niño Dios,
dame tu, tu Corazón.

Manuela González Aguilera

Para los niños en Navidad

Niño Jesús,
que a ejemplo de los Reyes Magos,
caminemos también nosotros para adorarte,
en el Templo, ante el Sagrario,
en Catequesis, con nuestros compañeros,
en casa, con nuestras familias,
y en nuestros corazones.

Que no nos presentemos ante Ti,
con las manos vacías,
que te llevemos:


El Oro, de nuestra ofrenda.
El Incienso, de nuestra oración.
La Mirra, de nuestro esfuerzo.

Para conocerte y amarte más cada día,
y ser fieles a tu Mensaje de Amor.


Niño Jesús,
que te encontremos siempre,
en la Eucaristía,

en la oración de cada día,
dentro de nosotros,
en nuestros hermanos,

en María tu Madre, 
y Madre nuestra.
Amén.


Manuela González Aguilera

Recordando a los Magos

Esta noche, Niño de Belén,
recordamos a los Magos de Oriente,
hombres sabios,
que siguieron la Luz de una estrella,
augurio de un gran Rey,
te buscaron hasta encontrarte.

Querían adorar al Salvador,
con presentes extraños,
para un recién nacido,
presentes significativos,
que simbolizan tu Humanidad,
Divinidad y Realeza.

Hoy, millones de niños,
esperan regalos este día,
nerviosos e ilusionados,
aunque no todos,
tendrán la misma suerte.

Hoy, te hubiese querido escribir,
un bello poema, fruto de tu Amor,
sin embargo,
otra oración he tenido contigo.

Te he pedido por los perseguidos
y crucificados de este siglo,
contrario a lo que celebramos con alegría,
me haces meditar sobre la realidad de la vida,
lo engañoso del mundo consumista,
felicidad efímera.

Manuela González Aguilera

Qué pasa en el mundo

¿Qué está pasando en el mundo Señor?
“La Luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la recibieron” (Jn 1, 5)


¿Por qué te persiguen, Jesús?
si eres Amor y Misericordia,
justicia y Verdad.
Palabra del Padre,
Palabra encarnada,
Palabra de Vida.
¿Por qué te crucifican?


Conmovida te ruego,
por los cristianos perseguidos en este siglo,
crucificados, decapitados...

por este horror tan espantoso,
por esta masacre, sin palabras,
por tanto sufrimiento inhumano.


Ruega por cada uno de nosotros Jesús,
no dejes de rogar al Padre,
por cada una de sus criaturas.


Contigo rezo, Amado Jesús,
en el “Monte de los Olivos”,
desde el Corazón del Evangelio,
la oración más perfecta que nos dejaste.


“Padre nuestro que estás en el cielo,
Santificado sea tu nombre,
venga a nosotros tú Reino,
hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos,
a los que nos ofenden,
no nos dejes caer en la tentación
y líbranos del mal. Amén”


Líbranos Padre,
de tanta barbarie,
de fanatismo ciego,
de lobos feroces,

de hienas salvajes,
de leones del poder,
líbranos del Maligno,

en todas sus apariencias Santo Dios.

Manuela González Aguilera

Invitada a tu Mesa

Amado Jesús,
hoy, he tenido la tentación
de no recibirte,
al reconocerme pecadora
e indigna de tu Pureza.


Señor, sabes que te necesito,
Médico sanador de mi alma,
mente y corazón,
ayúdame a no quedar anclada en el pasado,
que ya no puedo cambiar.


Sáname, Jesús,
para vivir el presente
desde tu Misericordia,
y tu gran Amor,
para que el futuro no lejano,
sea un pasado mejor,
lleno de Luz y Amor.


Manuela González Aguilera

Padre de nuestro Señor Jesucristo,

Padre de nuestro Señor Jesucristo,
guía y meta de mi existencia,
gracias grandemente
por vuestro Amor y Misericordia,
por vuestra finura y delicadeza.


Gracias, por el Don de tu Amado Hijo,
gracias, por la grandeza de tu Amor,
gracias, por la vida que nos regalas cada día,
gracias, por toda la creación.

Manuela González Aguilera

Retiro espiritual

En esta soledad que vivo,
en esta austera vida momentánea,
hasta el silencio tiene sonido.


Trabajo para Ti, mi Dios,
las horas pasan...
porque así lo indica el reloj.


Absorta en la Misión que me confías,
hago un alto en el camino,
para degustar alimentos.


Mientras sigo trabajando para Ti,
escribiendo,
no puedo más que darte gracias,
por cuánto de Ti, recibo.


Maestro,
dulce Amor de mi alma.


Espíritu Santo,
fuerza que mueve mis pies.


Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que tu Misericordia,
alcance toda a tierra. Amén
 
Manuela González Aguilera

La Misericordia de Dios

La Misericordia de Dios,
es como su Amor,
se empeña en aliviar,
las miserias humanas.

El Amor de Dios,
es un Amor activo,
derramado en el mundo,
para sanar, perdonar,
consolar, quitar sufrimientos.

Este es el Amor de Dios,
que nos ofrece en Jesús,
el que nos pide,
a cada uno de nosotros,
hacia el prójimo.

Olvidemos rencores,
odios, resentimientos,
abramos nuestro corazón
a la Misericordia de Dios.

Que nuestra alma,
sea como una vasija grande,
para recoger  en ella,
la Misericordia que deseemos,
de la Fuente inagotable,
que es Jesús, nuestro Señor. Amén

Manuela González Aguilera

No quiero olvidarme de Ti

No quiero olvidarme de Ti,
ni cavar aljibes agrietadas,
quiero llegar de nuevo a Ti,
beber de tu Fuente Sagrada.


Quisiera darte los frutos,
primicia de tu cosecha.


Quisiera que tú promesa,
hecha para mí,
sea Palabra de Vida,
viva en mi alma.


Quisiera que tu Amor,
fuese el volcán
que un día abriste,
en mis entrañas.


Quisiera Amarte desde tu Amor,
pues solo desde tu Amor,

mereces ser Amado.

Manuela González Aguilera

Padre Misericordioso

Queridos amigos, os dedico este poema-oración, desde la experiencia humana y el Amor divino.

Mi Santo Dios,
te busco incansablemente,
te procuro con todo mi ser,
sencillamente te quiero,

tu sabes que te Amo.

Conoces mis miserias,
debilidades,
pobreza,
no llego a tu Evangelio.


A pesar de todo,
te empeñas
en enriquecerme con tu Amor.


Te acepto Señor,
acepto tu Misericordia,
acepto tu Magnanimidad.


Te acepto,
Padre Bueno,
cuanto más perdida me ves
más Amor de ti recibo.


Gracias de todo corazón,
Padre de Misericordia. Amén

Manuela González Aguilera

Olvido de Ti

Pensando en el olvido que hoy tengo de Ti,
pensando en el tiempo que me hiciste tan feliz,
guardo en mi interior tantos momentos bellos,
tantas horas hechas poesías,
el paso de tu Vida, por la mía.


Amado Jesús,
mi corazón, te ansía,
espera tu visita cada día.


Deseo estar a solas contigo,
sin ruido, en silencio,
escuchar tu voz,
vivir en tu Amor.


Fuera de Ti, para mí,
no hay vida,
lléname Jesús de Ti,
de tu Vida divina,
de la Grandeza de tu Amor,
de tu inmensa Sabiduría.


Quiero compartir tu Vida,
enriquecer contigo,
la pobreza de la mía.


Manuela González Aguilera

Gracias María

Gracias María,
mujer del silencio,
mujer de la escucha,
mujer humilde y sencilla,
mujer de la acogida.


Gracias María,
mujer de la obediencia,
mujer del servicio,
mujer de la fe,
mujer del Fiat.


Gracias María,
por ser el primer templo
donde Dios puso su morada,
para habitar entre nosotros.


Gracias María,
por ser discípula perfecta,
por tu generosidad,
por ser Madre de Dios
y Madre nuestra,
Gracias María.


Manuela González Aguilera

 

 

 

 

En el último banco

En el último banco de esta capilla,
en tu Presencia,
hablo contigo Niño Dios,
te necesito,
necesito que vivas dentro de mí.


Enciende las velas de tu venida,
Niño Dios,
no tardes en llegar,
enciendes en mi corazón,
la llama de tu divino Amor,
de tu Luz,
tu Sabiduría,
tu Alegría.


Gracias por la gracia de anunciar
al mundo tan Buena Noticia,
y compartir con otros,
la alegría de tu salvación.



Manuela González Aguilera

Retiro deseado

Deseando estaba Jesús,
terminar de compartir las oraciones,
para hablar contigo,
de este silencio que anhelo.


Cuánto desea mi alma,
momentos de soledad y silencio,
para estar contigo,
en tu sola y Santa Presencia.


Aunque no te diga nada,
ni sepa qué escribir,
lo importante para mí,
estar en tu dulce compañía.

El silencio, me habla,
consigo trae, bienes celestiales,
Paz, Amor, sosiego,
fortaleza, alegría...

Gracias Amado Jesús,
por este retiro silencioso,
sin darme cuenta del tiempo,
han pasado horas contigo,
dedicadas solo a Ti,
revelan buenas nuevas de felicidad.


Manuela González Aguilera