domingo, 31 de marzo de 2013

Arquitecto divino


Arquitecto de mi vida,
Que soñaste para mí, un templo vivo,
Heme aquí, en tu Presencia,
Aquí tienes mi cuerpo, alma, mente,
Corazón, todo mi ser.

Templo vivo quiero ser para Ti,
Arquitecto de mi vida,
Para albergar dentro de mí,
El Amor que más deseo.

El Único, que sacia la sed,
De este loco corazón, tuyo y mío.

Conviérteme en templo vivo,
Caminante peregrino,
Para esparcir tu fragancia,
Tu incienso divino.

Arquitecto de mi vida,
Hágase realidad en mí, tu sueño divino.

Manuela González Aguilera


sábado, 30 de marzo de 2013

En esta hora Santa


En esta hora Santa de tu ausencia…
Rompiendo espacio y tiempo,
Me sumerjo en el mar de confusiones 
De tus primeros discípulos, 
Desconcertados y entristecidos,
Huyendo temerosos, sin saber donde esconderse.

Han crucificado a su Maestro como un maldito,
Ellos, que esperaban que fueses Rey de Israel,
El Libertador, Rey de los judíos.

El mundo se les vino encima,
La noche y el fracaso, 
Envolvían de oscuridad toda la casa.

Sus expectativas y esperanzas,
Murieron contigo, Jesús de Nazaret. 
Momentos difíciles y aterradores,
Para los que te siguieron y creyeron en Ti. 

Dudas y miedos los paralizaron,
¿Qué hacer ahora? ¿Adónde iremos? 
Solo Él, tenía palabras de vida eterna,
Solo en Él, teníamos vida abundante,
Solo con Él, caminábamos seguros.

¡Oh Maestro! ¿Por qué nos has abandonado?
Por qué te has ido, sin hacer nada por Ti,
Tú, que resucitaste a tu amigo Lázaro,
Curaste al leproso, diste vista a los ciegos,
Echaste andar a paralíticos... ¿Por qué, Señor?

<<¡Oh Pedro, Pedro!
Hombre de poca fe, no habéis entendido nada,
Yo no he bajado por mí, bajé por vosotros,
Para abriros las puertas del Reino de mi Padre.

Para salvaros del pecado, que os lleva a la muerte…
Para mostraros el Camino, que os lleva a la Vida,
Para daros Vida en abundancia,
Para mostraros la Verdad, que os hará libres y felices,
Para mostraros el Rostro y el Amor de mi Padre,
Para enseñaros a amaros los unos a los otros...

Pedro, Pedro, he Resucitado para Gloria de mi Padre,
He vencido a la muerte por Amor a la Humanidad,
El sepulcro está vacío, nada queda allí,
Si tuvieses capacidad para entender este Misterio...
Irradiación de Luz Blanca, es mi Cuerpo Glorioso.

Recuerdas mis palabras: (Mc 14, 58)
Yo destruiré este Templo hecho por la mano del hombre, y en tres días volveré a construir otro que no será hecho por la mano del hombre. 

El templo que yo quiero, es tu corazón Pedro,
El corazón humano, para sellar en él, mi imagen,
Para que seáis en Mi, otro “Cristo” en la tierra y en el cielo,
Para Gloria de Dios, mi Padre y Padre vuestro.

Manuela González Aguilera

viernes, 22 de marzo de 2013

Veo

Veo, las ventanas de tu cara,
Que como espejo me hablan,
Veo, fuente con cascada,
Alma entristecida y apagada.
Veo, en tu oscuridad la Luz,
Que por tu nombre llama,
Veo, con claridad más clara,
Tu noche, será día de esperanza,
A las paces contigo,
Conmigo y con el mundo que te rodea,
Ven, acércate a mi Palabra,
Su Luz, será para ti,
Aurora cada mañana,
Tengo dones para ti,
Soles, estrellas y galaxias,
Con sabor a eternidad,
Jardín de rosas perfumadas,
Amor, Alegría y Esperanza,
Tu vida, en mi Vida te aguarda. 
Te pido una cosa, hija mía,
Esparces mis rosas perfumadas,
Por donde quiera que vayas.
 
 Manuela González Aguilera










lunes, 11 de marzo de 2013

Meditación Juan 4, 3-14

Los fariseos se enteraron de que aumentaba el número de los discípulos de Jesús y que bautizaba incluso más que Juan. La verdad es que Jesús no bautizaba, sino que lo hacían sus discípulos. Cuando estos rumores llegaron a Jesús, abandonó Judea y volvió a Galilea. Cómo tenía que atravesar Samaría, llegó a un pueblo llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba también el pozo de Jacob. 

Jesús, fatigado por la caminata, se sentó junto al pozo. Era cerca de mediodía. En esto, una mujer samaritana se acercó al pozo para sacar agua. Jesús le dijo: Dame de beber. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar alimento. La samaritana dijo a Jesús: ¿cómo es que tú, siendo judío te atreves a pedirme agua a mí que soy samaritana? (Es de advertir que los judíos y los samaritanos no se trataban). Jesús le respondió: Si conociera el don de Dios y quien es el que te pide de beber, sin duda que tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva. 

Palabra de Dios 


Meditación: Jesús y la Samaritana Esta bella narrativa de Jesús y la Samaritana, nos enseña la experiencia del encuentro con Jesús. No sabemos quién es ella, ni cómo se llama. Se puede vislumbrar la experiencia de fe personal o de una comunidad. Quien tiene la iniciativa del encuentro es Jesús, Él sabe que la mujer viene de camino, que tiene sed, pero no de agua, sino de amor, y la espera con paciencia, sentado en el pozo. Jesús, comienza el diálogo con una petición, ella sin conocerlo, se muestra con suspicacia y le dice. En contraste, con el Amor y delicadeza de Jesús. 

En primer lugar, Jesús ha facilitado estar a solas con la mujer, sin los discípulos, sin nadie. Para entrar en la intimidad de su corazón y ayudarla a encontrarse a sí misma y saciar la sed de amor que trae. Poco a poco las palabras de la mujer van suavizándose, y se dirige a Jesús como Señor, profeta, y tal vez el Mesías. Jesús continúa el diálogo con ella y le dice: si supieras que Soy un regalo de Dios para ti, que Soy el Agua Viva que necesitas, para llenar el vacío de tu corazón y la sequedad de tu alma. Soy el Amor que buscas y nadie te puede dar. Mientras sigas bebiendo el agua del mundo, seguirás teniendo sed, Yo Soy para ti, el don de Dios, el Agua Viva, si me aceptas, brotará de tu interior un manantial de Amor y Vida eterna, que durará para siempre y ya nadie te podrá quitar. 

Ella, aturdida por el amor de Jesús y por sus palabras, le dice: “Señor dame de esa agua, para no tener más sed”. Jesús, la ha seducido con su Amor y Misericordia, le ha fascinado su Sabiduría. La mujer después de ese encuentro, queda contagiada del Amor de Jesús, llena de entusiasmo se va corriendo a comunicar a otros su experiencia. A contagiar a otros, de Jesús, el Agua Viva. 

 Manuela González Aguilera

La oración (Mt 6, 5-8)

"Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de plazas para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su recompensa. Tú cuando ores, entra en tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará. Y al orar, no os perdáis en palabras como hacen los paganos, creyendo que Dios los va a escuchar por hablar mucho. No seáis como ellos, pues ya sabe vuestro Padre lo que necesitáis antes de que vosotros se lo pidáis..."
 
Meditando la Palabra
Los discípulos llamaban Maestro a Jesús, porque efectivamente lo es, Él es el Maestro, por excelencia. Maestro de ellos y de nosotros, porque continúa enseñándonos a través del Evangelio.
En este texto de Mateo, como si se tratara de una catequesis, Jesús nos enseña la manera de orar con Dios, cómo hemos de llamarlo, y como hablar con Él. Invitándonos a retirarnos a nuestra habitación  (nuestro corazón) y allí, hablarle a Dios Padre, con confianza y cercanía, sabiendo, que antes de pedirle algo, ya sabe Él, lo que necesitamos.
 
Manuela González Aguilera
 

El Amor cristiano

El Amor cristiano (1ª Carta a los Corintios 13, 1-8)

Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que suena o címbalo que retiñe. Y aunque tuviera el don de hablar en nombre de Dios y conociera todos los misterios y toda la ciencia; y aunque mi fe fuese tan grande como para trasladar montañas, si no tengo amor, nada soy. Y aunque repartiera todos mis bienes a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve.  El amor es paciente y bondadoso; no tiene envidia, ni orgullo, ni jactancia. No es grosero, ni egoísta; no se irrita ni lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que encuentra su alegría es la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo aguanta.  


Meditamos la Palabra.

 
Esta lectura tan hermosa, es un bello canto al amor, pero no al amor humano cargado de egoísmos, intereses materiales o personales...


El amor del que aquí habla Pablo, es del amor cristiano dirigido a Dios y desde Dios al hombre, nuestro hermano, y que ha sido derramado por el Espíritu Santo en nuestros corazones. Es un amor sin límites, semejante al de Jesús, que entregó su vida por amor a todos nosotros. Si leemos detenidamente los versículos uno a uno, descubrimos el amor cristiano, como el valor más grande que puede tener una persona.


Manuela González Aguilera







Escucha Israel (Mc 12, 28-34)

Un maestro de la ley que había oído la discusión y había observado lo bien que había respondido se acercó y le preguntó: ¿Cuál es el mandamiento más importante? Jesús le respondió:


El más importante es éste: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que éstos.  



Meditamos la Palabra

Este maestro de la ley, era una persona sincera, en búsqueda de la verdad.  Al escuchar las enseñanzas de Jesús y lo bien que había hablado, le preguntó, cuál era el mandamiento principal.


Jesús le respondió, con el conocido “Shema” que los judíos rezan desde pequeños y que también Jesús rezaba.  “Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. 

 Recordándole que este amor a Dios, ha de manifestarse en el prójimo. Y el maestro de ley, estuvo de acuerdo con la respuesta dada por Jesús.


Si decimos de palabras, que Amamos a Dios y no se manifiesta este Amor, en nuestras obras, nos estamos engañando a nosotros mismos.


Manuela González Aguilera



Meditación Mt 6, 25-27

“Por eso os digo: no andéis preocupados pensando qué vais a comer o a beber para sustentaros, o con qué vestido vais a cubrir vuestro cuerpo. ¿No vale más la vida que el alimento y el cuerpo más que el vestido? Fijaos en las aves del cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros, y sin embargo vuestro Padre celestial las alimenta. ¿Quién de vosotros por más que se preocupe, puede añadir una sola hora a su vida? Palabra de Dios ... 

Meditación de la Palabra
Desde la razón, no entiendo estas palabras de Jesús: “no andéis preocupados por lo que vais a comer o a beber...” Si mis padres no se hubiesen ocupados de trabajar y alimentarme cuando era pequeña ¿no hubiese podido subsistir?

 ¿Luego entonces, qué enseña Jesús en esta parábola?

Lo primero que me enseña, es el valor supremo de la Vida.
Sabemos que tenemos necesidades básicas como: alimentarnos, tener un techo y abrigo... Sin embargo, Jesús hace una petición, que no andemos preocupados. Trabajar y ocuparnos de ello, sí, pero acumular y gastar la vida sin vivirla no. Porque al final, por mucho que tengamos ¿Quién puede añadir más horas a su vida?
Manuela González Aguilera

martes, 5 de marzo de 2013

Creo, en ti, Jesús de Nazaret

Creo, en Ti, Jesús de Nazaret,
Creo, en Ti, Dios y Hombre verdadero,
Creo, en el Padre de Misericordia, que revelas en tu Evangelio,
Creo en Tu Palabra y en tus Promesas.

Creo, que me has dado a tu Madre, como Madre mía,...

Creo, que entregaste tu Vida, por Amor a la Humanidad,
Creo, en tu Muerte en la Cruz y en tu Resurrección,
Creo, en tu mensaje de Salvación,
Creo, que me has invitado a continuar tu Obra Redentora,
Creo que me inspiras, para escribir cuando quieres Tú.

Creo, que tu Espíritu Santo, guía mis pasos,
Creo, que me has concedido diversidad de Dones,
Creo, que me has regalado: Fe y Alegría;
Fortaleza y Valentía; Ciencia y Temor a perder tu Amistad;
Tu Amor y Tu Paz...

Creo en la Iglesia, Madre Apostólica,
Creo que es Santa, solo por Ti y en Ti, tres veces Santo,
Creo en Tu Presencia impalpable en la consagración de la Eucaristía,
Creo en tu Sacerdocio, Profético y Real, al que estoy incorporada desde mi Bautismo.
Creo que eres mi Vida Nueva, mi Camino a seguir, la Verdad que me libera.

Creo, en la Comunión de los Santos,
Creo, en tu Perdón y tu Gracia,
Creo, que quieres mi santificación,
Creo, que has fortalecido mi fe, para dar testimonio de tu Gloria.
Creo, que he de servirte aquí en la Tierra y después en tu Cielo,
Creo, en la Vida Eterna, que tienes reservada para mí, desde antes de nacer.
Creo en Ti, Señor Jesús, Hijo de Dios, Hermano de la Humanidad, Modelo de Amor y Ejemplo a seguir.

Manuela González Aguilera

 

 

 

 

 

 



lunes, 4 de marzo de 2013

Oración para una buena confesión

Actos del penitente

©     Examen de conciencia.
©     Dolor de los pecados
©     Propósito de enmienda
©     Confesión de los pecados
©     Cumplir la penitencia



Señor mío Jesucristo (Acto de contrición).
Señor mío Jesucristo,
Dios y hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío.
Por ser Tú quién eres, Bondad infinita,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido.
También me pesa que puedas castigarme
con las penas del infierno.
Ayudado de tu divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta.
Amén.



Yo confieso. (Acto penitencial)


Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
(Mientras se dice por mi culpa... con la mano derecha, nos damos una palmadita en el pecho tres veces)
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén


Hacer examen de conciencia a la luz de los Mandamientos. 

Como signo de que reconocemos que somos pecadores y que Dios, nos abraza, nos ama y nos perdona.



1. Amar a Dios sobre todas las cosas.
©  Amo a Dios sobre todas las cosas o pongo en primer lugar a otros ídolos; futbolistas, cantantes, actores… dinero, modas, cosas materiales… dice Jesús (Mt 6, 24)


2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
©  He jurado en falso, tomando por testigo a Dios, para decir mentiras.
©  He faltado respeto al nombre de Dios, con gestos o palabras malsonantes.


3. Santificarás las fiestas.
©  El día de fiesta es para descansar de nuestro trabajo, dedicarnos a la familia y a las cosas de Dios...
©  ¿Santifico las fiestas, en el día del Señor, celebrando la Eucaristía?
©¿Dedico el día de fiesta a hacer feliz a la familia, a mis padres, abuelos…?


 4. Honrarás tu padre y a tu madre. 

Efesios 6, 1

©  ¿Obedezco a mi padre y a mi madre?
©  ¿Trato con respeto y cariño a mis padres y abuelos?
©  ¿Respeto a mis profesores y catequistas? 


5. No matarás.

©  La vida humana es sagrada, por lo tanto he de cuidarla.
©  ¿Protejo y respeto mi vida y la de mis semejantes?
©  ¿Odio alguna persona o le deseo algún mal?


6. No cometerás actos impuros.
(1 Cor 3,16-17). 

©   ¿No sabéis que sois templo del Espíritu Santo?
©   ¿Son mis acciones y palabras puras y nobles, en relación a la sexualidad?
©   ¿Me dejo llevar por la curiosidad y navego en Internet por páginas que no debo?
©   ¿Evito las conversaciones, que me induzca a la tentación de caer en actos sexuales   desordenados?


7. No robarás.

©   ¿He cogido algo que no era de mío?
©   ¿Me han prestado algo, y no lo he devuelto?
©   ¿Practico la caridad, compartiendo con quienes menos tienen?


8. No darás falso testimonio ni mentirás.

©   ¿He mentido o falseado la verdad por interés propio?
©   ¿He levantado falso testimonio y he hecho daño a alguien?
©   ¿Manifiesto defectos o faltas de otros, a personas que lo ignoran?


9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

© ¿He consentido pensamientos o deseos que me hayan alejado de la Pureza de Dios?

©  ¿Cuál es la impureza para Jesús?

“Lo que sale de dentro, es lo que hace impuro al hombre. (Mc 7, 14-15)

©  Luego entonces, pensamientos o deseos impuros, son todos aquellos que nos alejan de la Pureza de Dios y que salen de dentro de nosotros mismos, como pueden ser: La envidia, los celos, el odio, la codicia, la calumnia, la ira, la soberbia... la sexualidad mal orientada.


10.No codiciarás los bienes ajenos.

©  ¿He deseado cosas materiales o manipulado a personas con el fin de obtener sus bienes?
©  ¿He deseado cosas físicas de otros, y al no tenerlas, me he sentido mal?
Cuando vivimos según los Mandamientos, somos felices, vivimos en paz y amistad con Dios y con las personas que nos rodean, somos más libres y ayudamos para que  otros también lo sean.



Oración de perdón y acción de gracias

Padre, al tomar conciencia de mis actos meditando tus Mandamientos, reconozco que he pecado en mayor o menor medida en todos y en cada uno de ellos. Te pido perdón de mis pecados, errores y faltas, en el nombre de tu Hijo Jesucristo, Señor nuestro, a través del Sacramento de la Reconciliación.Te doy gracias por tu Gran Misericordia, por no tener en cuenta mis pecados y llenarme de tu Gracia. Amén



Lectura del Evangelio según San Lucas (15, 1-7)

Mientras tanto, todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo. Los fariseos y los maestros de la Ley murmuraban: Este anda con pecadores y come con ellos. Entonces Jesús les dijo esta parábola: ¿Quién de vosotros, si tiene cien ovejas, y pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto y va a buscar a la descarriada, hasta que la encuentra? Y cuando da con ella, se la hecha a los hombros lleno de alegría y al llegar a casa, reúne a los amigos y vecinos, y les dice: “Alegraos conmigo, porque he encontrado la oveja que se me había perdido.” Pues os aseguro que también en el cielo habrá más alegría por un pecador que se arrepienta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
Palabra de Dios.


Salmo 103. Salmo De David

¡Bendice, alma mía, al Señor, Y todo mi ser a su santo nombre!
¡Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios!
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades.
Él rescata tu vida de la fosa y te llena de gracia y de ternura.



Manuela González Aguilera






Hijo pródigo

Aunque Tú siempre has estado conmigo, no siempre he estado contigo. Cómo el hijo pródigo, con los bienes que me diste y que consideraba míos, me fui a malgastar mi vida lejos de Ti.


Hace casi veinte años que regresé a casa, sellado quedó en mí, el buen sabor del primer encuentro. Recuerdo con añoranza, la gran fiesta y el banquete que hiciste en la casa, tu abrazo de Padre, tu ternura y hasta tus besos.


Quienes nos veían, nos tomaban por locos, no entendían la grandeza de la fiesta, ni la alegría desbordante, ni tu Amor abrasador… a decir verdad, no lo entendía ni yo misma. No sabía que me estaba pasando, pero sí tenía claro una cosa, no volvería a marcharme de tu lado, ni por todo el oro del mundo.


Mi vida dio un giro de 180º, dejé de malgastar la vida que me diste, en prenda de tu Amor, dejé de caminar de espalda a Ti, Hacedor de todos mis bienes. Para comenzar a vivir de nuevo, una Vida Nueva en Ti.


Llegué a tu Presencia, llena del estiércol de los cerdos, comiendo de sus sobras, más parecía uno de ellos, lejos de reflejar en mí, la imagen y semejanza del Padre. Sin merecerlo, me diste un vestido nuevo, unas sandalias y un anillo en el dedo, símbolos de Alianza y Bodas con el “Cordero”.


El vestido blanqueado, con la sangre y el agua del “Cordero”, como símbolo de tu Misericordia.


Las zapatillas, con las huellas del “Cordero”, como símbolo de mí peregrinar por este mundo, trabajando en tu Reino.


El anillo en el dedo, como símbolo de tu Alianza, tu amistad intima y profunda con el alma, sellándola con las “Bodas místicas del Cordero”.


¿Adonde iré ya sin Ti? Solo Tú, tienes Palabras, con sabor a Vida Eterna (Abba).


Manuela González Aguilera








domingo, 3 de marzo de 2013

Mi noche oscura

Me despierta el silencioso grito

de  la noche oscura,

Donde el alma desgarrada,

Busca, el sentido de la vida.


Se me va el alma, se me va…

Soledad y lágrimas, 

Como torrente me ahoga,

En mi noche oscura.


¿Es esto todo lo que hay?

¿Aquí termina todo?

¡Qué vida más vacía!

¡Qué frialdad, siente el alma mía!

Me resisto a creer, que para siempre,

Quedo en esta noche tan oscura,

Me aferro con todas mis fuerzas,

A la Luz, de un nuevo día.


Mientras mi corazón susurra:

“No temas, sé valiente, espera en tu Señor”

“Como peregrina, pasas por la vida...

Mas no te abandonaré a tu suerte,

No te dejaré en tu noche oscura,

Ni en el polvo, de tu tierra herida.

He bajado hasta ti,

Para elevarte a mi cielo,

Para que conozcas mi Amor y Misericordia,

Para que vivas conmigo,

En la eternidad de mi Gloria”


Manuela González Aguilera





Mío, nada es mío

Mío, nada es mío, todo tuyo es…

El aire que respiro, el agua que bebo,

El Sol, que me calienta…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mi familia, mis hermanos,

Mis hijos, mi esposo, mis amigos…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mi hogar, mi casa,

Mi pobreza, mis bienes…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mi religión, mi Iglesia,

Mi Comunidad, “mis niños”…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mi alegría, mi fortaleza,

Mi audacia y esperanza…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mi dolor, mi impotencia,

Mi grito, mis limitaciones...


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mí médico, mi medicina,

Mi alimento y mi fe…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Mis pensamientos, mis manos, mis píes…

Mi vida entera y todo mi ser…


Mío, nada es mío, todo tuyo es…

Nada tengo, nada soy,

Más todo lo tuyo, mío es también.


Manuela González Aguilera