Desde pequeña oí hablar de Ti,
Recibí una educación cristiana,
Pero no puedo decir que se quién
Eres Tú,
La verdad, es que no te conozco.
Me gustaría conocerte, como te
conoce mi madre,
Ella, no me habla mucho de Ti,
Sin embargo, veo las maravillas que
haces en ella.
Mi madre, era una persona insegura,
celosa...
Con muy baja autoestima, se deprimía
con facilidad,
Le faltaba valor para afrontar
contrariedades,
Tomar decisiones, decir “no” para no
enfadar a nadie,
No tenía estudios, ni motivación.
Lo cierto es, que desde hace mucho
tiempo,
Mi madre ha cambiado,
Ya no es la misma, es una persona
diferente,
Más comprensiva, cariñosa, fuerte,
Vive feliz, a pesar de las
contrariedades,
Goza de mucha paz en su corazón.
Es una persona alegre, positiva, con
mucha vitalidad,
Contagia alegría, da ánimo a cuantos
la rodean,
Para nada es cobarde, es feliz
ayudando a otros.
Ella dice, que está enamorada del
Amor de Dios,
Ese Amor, la ha ayudado a superarse
a sí misma,
Es quien la mueve, para hacer, las
cosas que hace,
Para valorarse más, crecer en
madurez...
Adquirir formación,
Asistir a la Escuela de Adultos...
Estudiar Teología,
Hacer cursos de Informática...
Mi madre, comparte sus experiencias
de fe,
Hechas poesías y oración, en
Internet,
Algunas cosas he leído, aunque no
todo.
Jesús, yo no te conozco como te
conoce mi madre,
Pero me gustaría conocerte y
descubrir en mi misma,
Lo que ya mi madre ha descubierto en
Ti.
Me gustaría aprender,
El arte de vivir la vida, como ella
la vive,
Es feliz, haciendo felices a los
demás,
Sirviendo a cuántos la rodean,
Desde un Amor, que yo no conozco
aún,
Y me gustaría conocer.
Manuela González Aguilera