domingo, 17 de diciembre de 2017

De cada tormenta viene la calma

Buenos días Señor,
después de cada tormenta viene la calma.

Mientras he estado en ella,
las olas ahogaban mi Vida,
hundida en un mar de lágrimas.

Como Pedro he gritado: “Salvame Señor”
y cómo a él me has contestado:
“Mujer de poca fe” “¿Por qué dudaste?”

Perdóname Señor,
por no confiar más en Ti,
por pensar que me hundía,
aun sabiendo en lo más profundo de mi corazón,
que librarías mi alma de la bravura del mar.

Asída de tu mano camino de nuevo.
No me sueltes te ruego,
te necesito como el aire que respiro.

Aumenta mi fe Señor,
no me dejes caer en la tentación
de alejarme de Ti y guárdame de todo mal.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Manuela González Aguilera

10-8-2017

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