Hoy no he lavado los pies,
Como nos has enseñado,
Hoy he dado golpe bajo,
Vil traidora,
Llevaba guardado dardos...
Que el tiempo no había curado,
En el dulce nido de Amor,
Larvas dormitando,
Convirtieron-sé gusano
Dejé suelta la razón,
Dejándome llevar de su mano.
Haciendo oídos sordos,
A la Voz de su Amado,
Quedando solo...
El nido abandonado.
Qué Misericordia la tuya,
Día tras día perdonando,
Contando, día a día,
Con nuestros fallos.
Manuela González Aguilera
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