martes, 15 de noviembre de 2011

Contemplando la naturaleza

Cómo un árbol cuyas ramas
Están abiertas a la vida para dar todo de sí;
Sus raíces firmes en la tierra,
Su copa hacía lo alto, silencioso,
Da sombra a quienes la necesitan.

Las aves hacen sus delicias, entre las ramas,
Él, lo soporta todo, lo aguanta todo,
La suave brisa, como una caricia,
El fuerte viento, las aguas de abril,
Las tormentas de invierno.

El gran árbol,
No se dobla ante la tempestad,
Y sabe dar frutos, a su tiempo.
Así, mi corazón, echara raíces,
Fuerte, cómo el roble.

Ser vida, para albergar otras vidas,
Descansar a la sombra de sus alas,
Comer a su tiempo los frutos.

El fruto de la esperanza, la fe y el Amor,
La fortaleza, la bondad y solidaridad,
El respeto, la libertad, y dignidad…
Abrazar la Vida, a manos llenas quisiera,
Ser sabía buena y buena sementera.

Manuela González Aguilera

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