lunes, 3 de agosto de 2015

¡Qué solo estás!

¡Qué solo estás, Hermosura Viviente!
¡Qué solo estás!
En este silencio y soledad,
te abro mi alma,
te entrego mi corazón,...
abandono mi vida en tus manos.

Haz lo que quieras, aquí estoy,
¡Oh Señor de la Vida y del Amor,
para hacer tu Amada voluntad!

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