domingo, 16 de agosto de 2015

Atrios Sagrados

¡Qué delicia adentrarse en tus atrios Sagrados!
¡Qué silenciosa Paz!
¡Cuánta Dulzura respira mi alma!
¡Cuántos años perdidos sin Amarte!

Gracias que me encontraste,
en el desierto más árido de mi vida,
escorpiones, sequedad y muerte,
me rodeaban.

Soplaste tu Aliento divino,
en mis huesos secos,
llenándolos de Vida nueva.

Besaste mis heridas,
con besos de misericordia,
me invitaste al banquete de bodas,
engalanaste mi alma con tus mejores joyas,
e hiciste de mi corazón, una gran fiesta divina.

Ya no quiero otra cosa que Amarte,
por encima de todo lo Creado,
en tu paradoja,
me devuelves el ciento por uno,
para compartirlo con mis semejantes.

Gracias por tu Gracia en mí,
por ser Todo, en mi nada,
por llenarme de Ti,
único Amor verdadero para mí,
Puro, Fiel y Eterno.

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