¡Qué maravilla de Paz!

¡Qué maravilla de Paz
se respira en tu espacio Sagrado!
¡Cuánta falta hace esta tu Paz, en el mundo!

Pero no, no Señor, tu Paz, ...
la Paz que tú nos das, es personal.

Como el mejor Jardinero, sale por los caminos,
sembrando tus semillas, por toda clase de tierra,
cuándo alguna de ellas está preparada,
la haces germinar con tu Gracia.

Ayúdame buen Jardinero,
para acoger tus semillas:
la semilla de tu Palabra,
la semilla de la oración,
la semilla de tu Pan,
la semilla del servicio,
la semilla de tu Paz y de tu Amor.

Enséñame buen Jardinero,
abonar la tierra de mi corazón cada día,
con tu Misericordia y con tu Gracia.

Gracias Amado Jesús,
por las semillas de tu Reino.