jueves, 30 de julio de 2015

¡Qué Hermoso eres, Divina majestad!

¡Qué Hermoso eres, Divina majestad!
Tu Amor, Humildad y Sencillez,
enamora mi alma.

Tu exquisita Dulzura,...

me atrae hacia Ti,
no he conocido en el mundo,
un Amor entregado como el tuyo.

Estar en tu Presencia,
es gracia inmerecida,
saborear tus delicias,
respirar tu Amor...
anticipo de tu promesa,
Vida gloriosa y eterna,
para los que en Ti confían y
se entregan sin reserva,
en la salud y en la enfermedad,
en las alegrías y en las penas,
todos los días de su vida,
como un desposorio del alma, contigo.

Gracias Jesús Sacramentado,
por el Don de Ti mismo al mundo,
para mostrarnos el Camino de la Vida.


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