jueves, 30 de julio de 2015

Como una avecilla

Como una avecilla,
alimenta, cuida, protege,
y cobija al abrigo de sus alas,
a sus polluelos.
...

Así, tu Ternura y Bondad,
guardas las almas,
de quienes en Ti confían,
sin perder ni una sola.

Porque Tú, Jesús Amado,
que por Amor y obediencia al Padre,
entregaste hasta la última gota de
tu Amadísima Sangre,
para nuestra Salvación,
me haces ver,
a través de la Naturaleza,
la Grandeza de Tu Amor.

Manuela González Aguilera

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