martes, 27 de mayo de 2014

Te busqué sin saber

Te busqué sin saber
Que me encontraría contigo
En la encrucijada de la vida.

Siempre escuché hablar de Ti,
Más, como alguien lejano y castigador,...
Aunque a veces, dieses premios a los buenos.

Te busqué sin saber quien eras,
Temerosa de tu gran “Ojo”
Al final hui de Ti, sin conocerte.

Gasté la herencia de años lozanos,
Con “cerdos” comía...
Como puerco, me retozaba en el barro,
Pasaba “hambre”, estaba necesitada,
Me acordé de Tú existencia.

Me puse en camino hacia Ti,
Miraste mi alma empobrecida,
y saliste al encuentro, por puro Amor.

Sin saber cómo, tropecé contigo en la vida,
Como Padre Bueno,
Me abrazó Tú divina Misericordia,
Me diste nueva vida,
Mi corazón es fiesta,
Desde que conocí la Grandeza de tu Amor.

Meditando tu Palabra Señor, contemplo mi vida reflejada en ella…
Parábola del hijo pródigo (Lucas 15, 11-32)

Manuela González Aguilera

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