Madre Teresa (de Calcuta),
Cuánto más me adentro en tu vida,
En la experiencia de tu fe,
En tus acciones, más que palabras,
Sentimientos varios recorren todo mi ser,
Admiración, emoción, paz...
El siglo ha reconocido a través de ti,
Un único lenguaje, el lenguaje del Amor,
Religiones, políticos, razas,
Ricos, pobres, enfermos, mendigos, excluidos...
Todos unidos en un solo Corazón,
En un solo Amor.
Madre Teresa,
En ti, eligió el Señor lo pequeño,
Lo menudo, frágil, sutil,
Para confundir lo sabio, notorio,
Bello o docto, para el mundo.
Jesús, quien te llamó,
Quiso dejar claridad de su Obra en ti,
Te hizo amar la oscuridad de la sola fe,
Para sellar aún más su Misión,
Su Luz, resplandece en sí misma.
Tú, como caña de bambú cortada,
Por la cual se desliza su Compasión,
Misericordia, Gracia, Amor,
Su Sagrado Corazón, Jesús,
Derramado entre los pobres más pobres.
El mundo, está necesitado de almas dóciles,
Entregadas, humildes y obedientes,
A la voluntad de Dios,
Almas pequeñas como la tuya,
Con un corazón de carne, como el tuyo,
Para que el Reino de Dios inaugurado con Jesús,
Sea realidad en el mundo.
Ruega a Dios, por tantos pobres sufrientes,
Ruega a Dios, por todos nosotros,
Que sea su voluntad. Amén
En la experiencia de tu fe,
En tus acciones, más que palabras,
Sentimientos varios recorren todo mi ser,
Admiración, emoción, paz...
El siglo ha reconocido a través de ti,
Un único lenguaje, el lenguaje del Amor,
Religiones, políticos, razas,
Ricos, pobres, enfermos, mendigos, excluidos...
Todos unidos en un solo Corazón,
En un solo Amor.
Madre Teresa,
En ti, eligió el Señor lo pequeño,
Lo menudo, frágil, sutil,
Para confundir lo sabio, notorio,
Bello o docto, para el mundo.
Jesús, quien te llamó,
Quiso dejar claridad de su Obra en ti,
Te hizo amar la oscuridad de la sola fe,
Para sellar aún más su Misión,
Su Luz, resplandece en sí misma.
Tú, como caña de bambú cortada,
Por la cual se desliza su Compasión,
Misericordia, Gracia, Amor,
Su Sagrado Corazón, Jesús,
Derramado entre los pobres más pobres.
El mundo, está necesitado de almas dóciles,
Entregadas, humildes y obedientes,
A la voluntad de Dios,
Almas pequeñas como la tuya,
Con un corazón de carne, como el tuyo,
Para que el Reino de Dios inaugurado con Jesús,
Sea realidad en el mundo.
Ruega a Dios, por tantos pobres sufrientes,
Ruega a Dios, por todos nosotros,
Que sea su voluntad. Amén
Manuela González Aguilera
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