Cuando aún no te conocía
Cuando aún no te conocía, ni escuchaba tu Palabra, bajaste a mi, susurrándome, esta breve oración:
Como la lluvia empapa la tierra, así mi Gracia empapa tu corazón
En silencio estaba y más en silencio quedé, sin saber de dónde venían esas palabras tan dulces al paladar. Ahora, cada vez que escucho o leo en las Sagradas Escrituras, el pasaje de Isaías revivo esa experiencia inexplicable para mi, a la vez que el asombro vuelve a dejarme enmudecida una y otra vez, por la similitud de sus palabras.
Isaías Is. 55, 10-11
Así dice el Señor: Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla geminar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mi vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo.
Que sea como Tú dices Señor, dame tu Gracia, para hacer tu voluntad y cumplir tu encargo.
Manuela González Aguilera
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