viernes, 31 de octubre de 2014

Jesús de la Buena Muerte

Jesús de la Buena Muerte,
aquella tarde de impiedad,
en tu último suspiro,
el sol, dejó de brillar,
el cielo, lloró tu muerte,
la Luz del mundo, fue apagada.
Pero tú entrega generosa de Amor,
en ese madero crucificado,
no fue el final de tu Vida,
fue el inicio, de un gran Amor,
amor a la Humanidad,
salvada e iluminada por Ti,
por la Misericordia de Dios.

 
Jesús de la Buena Muerte,
te vaciaste de Ti mismo,
tu Amor al extremo,
tu purísima Sangre,
el agua de tu costado,
las lágrimas del cielo,
fueron empapando la tierra,
sanando y dando Vida a su paso.

 
Con tu Buena Muerte,
cargaste sobre Ti, los pecados del mundo,
asumiendo el dolor humano,
abriendo las Puertas del cielo,
renovando la Alianza de Dios con el hombre,
y todo aquel que abrazare tu Cruz,

 
“Locura para el mundo”
para quienes creen en Ti,
salud y esperanza,
salvados por la fe.

 
Manuela González Aguilera

 

 

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