miércoles, 29 de octubre de 2014

Ahí está mi Dios

Ahí está mi Dios
¡Qué carita, Dios mío!  

En la lágrima y en la sonrisa,
en la humildad y la ternura,
en el Amor que brota del corazón, ...

en la complicidad de las miradas,
sin mediar palabras, dice todo,
la expresión y gestos de sus rostros. 


 El rostro de Dios en el ser humano,
cuando el ser humano,
se hace pequeño como niño.

Manuela González Aguilera




 

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