Relegada al último puesto...
es tu regalo para mí Señor,
perdona mis quejas vacías, las huidas de Ti,
no comprendía, lo que Tú querías para mí,
me ha costado tiempo entenderlo,
ahora, ya lo sé, con tu Gracia,
me enseñas a aceptar esta dádiva.
Mi voz en el desierto,
se convierte en silencio,
para encontrarme contigo,
solo tu Amor, es bendición,
la bendición más grande
y hermosa de mi vida,
no te cambio por nada
de este mundo.
¡Señor, no tengo palabras
de agradecimiento para Ti!
es poco darte GRACIAS,
pero esta nada,
que es, ante Ti,
te la doy: GRACIAS,
acéptalas con Amor Señor!
Manuela González Aguilera
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