Aquí estoy, necesito tu compañía,
eres mi médico personal,
en Ti, vacío mi corazón,
unas veces te doy pétalos,
otras espinas,...
pero Tú, conviertes en flor,
el cardo más feo.
Qué difícil es, intentar seguir tus huellas,
qué difícil, difundir tu Buena Nueva,
reavivar la fe, en los alejados, y
a los que creemos estar en el Camino.
¡Cuántos abrojos Señor, pone el mundo!
¡Cuántas puertas cierran!
¡Cuántas bofetadas sin manos!
Amado Jesús, dame de beber,
del bálsamo de tu Humildad,
de la ambrosía de tu Paciencia,
dale a mi alma, tu Paz,
la Alegría de tu Santo Espíritu,
no aparte de mi tu mirada,
que te Ame, Señor,
un poco más cada día.
Amado Jesús, ruega al Padre por mí,
Para que cumpla su Amada voluntad,
Aquí en la tierra, como en el cielo. Amén.
Manuela González Aguilera
eres mi médico personal,
en Ti, vacío mi corazón,
unas veces te doy pétalos,
otras espinas,...
pero Tú, conviertes en flor,
el cardo más feo.
Qué difícil es, intentar seguir tus huellas,
qué difícil, difundir tu Buena Nueva,
reavivar la fe, en los alejados, y
a los que creemos estar en el Camino.
¡Cuántos abrojos Señor, pone el mundo!
¡Cuántas puertas cierran!
¡Cuántas bofetadas sin manos!
Amado Jesús, dame de beber,
del bálsamo de tu Humildad,
de la ambrosía de tu Paciencia,
dale a mi alma, tu Paz,
la Alegría de tu Santo Espíritu,
no aparte de mi tu mirada,
que te Ame, Señor,
un poco más cada día.
Amado Jesús, ruega al Padre por mí,
Para que cumpla su Amada voluntad,
Aquí en la tierra, como en el cielo. Amén.
Manuela González Aguilera
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