lunes, 1 de septiembre de 2014

No soy digna

Madre mía,
no soy digna de venir a tu Presencia,
ni rezar el Santo Rosario.

Vengo del mundo distraída,
con mil luces engañosas,
comiendo consumismo.

¡Oh Señora mía!
acógeme en tu casa,
como a Magdalena,
enviada por tu Hijo.

Él, te confía
el cuidado de mi alma,
con la certeza de llenarla ,
de dulzura maternal.

Madre mía,
permíteme quedarme,
trabajar entre tus cosas,
sentarme a tu Mesa,
y comer de tus bondades.

Por tu Hijo Jesucristo. Amén

Manuela González Aguilera

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