No fue de mala fe, tú lo sabes
Señor,
Una chiquillada, con fundamentos
cristianos,
Soy tan ingenua, aprendo a fuerza de
palos.
No medí consecuencias, se
escapó de mis manos
Y me he hice responsable de todo.
Aquí me tienes tras de Ti, como Tú
quieres,
Buscando tu refugio, tu consuelo, como
la adúltera.
Háblales Tú, recuérdanos tú
Misericordia.
Para llegar a Ti, a veces me
acompañan lágrimas,
Lágrimas de arrepentimiento, Tú las
ve y lo sabe.
En tus manos, solo en tus manos,
estoy salva,
Gracias que Tú no me condenas,
Eres Amor Misericordioso,
Para todos los que se refugian en
Ti.
Manuela González Aguilera
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