lunes, 29 de junio de 2015

Invitada a tu Mesa

Amado Jesús,
hoy, he tenido la tentación
de no recibirte,
al reconocerme pecadora
e indigna de tu Pureza.


Señor, sabes que te necesito,
Médico sanador de mi alma,
mente y corazón,
ayúdame a no quedar anclada en el pasado,
que ya no puedo cambiar.


Sáname, Jesús,
para vivir el presente
desde tu Misericordia,
y tu gran Amor,
para que el futuro no lejano,
sea un pasado mejor,
lleno de Luz y Amor.


Manuela González Aguilera

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