lunes, 29 de junio de 2015

Don de Dios

Empapa la tierra seca,
de mi pobre corazón,
para Amarte como mereces
ser Amado, Niño Dios,
con tu Dulce y Puro Amor.

¡Qué dulce, son tus Dulzuras!
¡Qué delicia, tu divino Amor!
¡Qué perfume, tan delicado!
¡Qué vino, de buen sabor!

Es el Don de Dios al mundo,
para alumbrar toda la tierra,
para dar vista a los ciegos,
abrir los cerrojos de nuestro corazón,
romper la sordera del alma,
abrir los labios mudos,
hacer saltar al paralítico,
para anunciar su Salvación.

Manuela González Aguilera

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.