lunes, 23 de junio de 2014

Oración meditada desde la Palabra


Oración meditada desde la Palabra (Lucas 9, 46-50) a la S. Trinidad

Trinidad Santa, os invoco en esta hora de oración, estoy en vuestra Presencia, os pido que seáis mi guía. Necesito conocimiento de vuestra Ciencia y Sabiduría, para conoceros y amaros desde vuestro Divino Amor; para conocer vuestra voluntad en mí y ofreceros mi voluntad a la vuestra.

Para mi razonamiento y orgullo, no entiendo el por qué, otros son los mayores, y yo estoy en último lugar -como recluida y con manos atadas-. No es tenido en cuenta el servicio, la entrega a Ti, en los demás, en mi tierra.

Tú conoces las miserias de mi corazón, y me hablas al corazón, a través de la Palabra:

«El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor»...

Me hablas de pequeñez, humildad, apertura hacia Ti, para descubrir tu voluntad en mí; y descubro lo importante que soy para Ti, a pesar de mis miserias. En realidad, es lo que más deseo: ser para Ti, no para el mundo. Pero he de renunciar a los primeros puestos, y necesito vuestra ayuda, para ser limpia de corazón y olvidarme de mi misma, de mi presunción. Ser pequeña como niña, acoger, escuchar y recibir tus cosas, con humildad y sencillez de niña, como quieres Tú.
Trinidad Santa, ayúdame a cumplir vuestra voluntad.


 Manuela González Aguilera

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