Soy como una gota de agua,
En la inmensidad de tu Amor,
Pero esa insignificante gota,
Te doy para Ti, para siempre.
Desaparecida en Ti, unida a Ti
Para continuar tú Obra Redentora,
Según tu voluntad.
Concédeme que a ejemplo de María, Tú Madre y Madre mía, con Ella, diga estas palabras que han nacido en mi corazón, en oración: “Soy esclava del Señor, sierva eterna, soy humilde y obediente. Te pido hija, que seas humilde y obediente como Yo”.
Manuela González Aguilera
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.