sábado, 29 de junio de 2013

Has llamado a mi puerta

Hoy, desde la fe, tu has llamado a la puerta de mi corazon, despertando mi conciencia de un letargo que ha durado casi cuarenta años, hasta el día que recibi un duro golpe. Cuánto tengo que agradecerte, Señor, por "permitir que cayera" hasta romperme. Desde entonces, me he puesto en camino, con tu ayuda y mi esfuerzo, estoy aprendiendo mas que en toda mi vida pasada.

Cuanto tengo que aprender, Señor, enséñame a ser responsable de mis actos, no permitas que de las riendas de mi vida a nadie mas que a ti y desde ti para mí.

Enseñame a vivir responsablemente, consecuentemente. Todo me ha sido dado... aquí estoy contigo aún esperando... ¿Qué voy a estudiar? ¿Qué voy a hacer a estas alturas de mi vida? ¿Solo he nacido para ser esposa y madre? Gran misión y nada fácil es, pero, tambien, quiero ser una persona que sirva para algo más, quiero ser útil, acta para el servicio.

Que dificil, Señor, es para mí ser yo misma. Cuantos miedos, inseguridades, prejuicios, faltas de confianza hay en mí. Qué cobarde soy, pienso de una forma, hablo de otra y actúo de distinta manera. Cuando llegará el día de la unidad en mí, estoy dividida y necesito un arreglo urgente. Me he dejado arrastrar por la vida como si un "cuerpo muerto" fuera a merced de las olas del mar.

Todo me ha sido dado desde que nací, otros se encargaron de ello, se responsabilizaron de mí. Hoy, al medio dia de la vida, me pregunto: ¿Qué he hecho yo? He seguido el patrón que trazaron mis mayores, la sociedad por la que me he movido. Naci para ser esposa y madre, esa fue la meta que pusieron ante mi. Jamás fui consciente de ser un ser inacabado, me he conformado e instalado en la ignorancia y comodidad.

Gracias por despertarme de este letargo y hacerme ver que no puedo quedarme sentada al borde del camino, tengo que seguir adelante creciendo desde tu sabiduria,  madurando en la fe y como persona, compartiendo con otros los dones y bienes que tú me has dado.
 
Manuela Gonzalez Aguilera

sábado, 8 de junio de 2013

Orar contigo escribiendo

Señor Jesus,
Orar contigo escribiendo,
Es la manera que me has otorgado
Para nuestro encuentro diario.
Hay otros medios, por los que también
Te muestras sin reservas,
Es en la Palabra,
Te escucho, me enseñas y guias,
Me das Vida y esperanza.
Das Luz a mi vida,
Veo reflejada mi experiencia de fe,
Entre las paginas Sagradas,
Personajes pecadores, enfermos,
Discipulos, amigos, Salmistas,
Profetas y Reyes.
El otro medio es los Sacramentos,
En la Reconciliacion y la Eucaristia,
Me renuevas y alimentas
Fortaleces mi vida espiritual.
Ahora bien, Jesus, la oración escrita,
Es como fuego, que me quema,
No la puedo contener dentro de mi,
La tengo que donar al mundo,
Como Tu, eres Don para mí.
Gracias Señor, por estos y otros medios,
Que pones a mi alcance,
Para  estar cerca Tu de mi,
Y yo poder estar contigo. 
 
Manuela González Aguilera

Me muevo entre tus cosas

Señor,
Me muevo entre tus cosas,
Y qué feliz me siento.
Desde que descubrí
Esta Vida nueva en Ti,
Ya no quiero otra,
Ya nada del mundo atrae,
Ya nada sacia, más que Tú.
Qué hermosa, la soledad en Ti,
Qué sabroso, el silencio en Ti,
Qué gozosa tu Paz,
Qué dulcísimo tu Amor.
¿A dónde iré Señor?
Qué estridente el ruido mundano,
Más que hablar, gritamos,
Sin escucharnos,
Sin entendernos.
Cuánta falta hace tu Luz,
Cuánta falta tu Palabra,
Tus enseñanzas.
Cuanta falta hace,
Que rompas cadenas y amarras,
Para que almas libres, alcen el vuelo hacia Ti,
Para que regresen a la tierra con tu encargo:
“Amaos los unos a los otros como Yo os he Amado”

Manuela González Aguilera

Por los Sacerdotes

Hoy, Señor, te hago un ruego especial, gracias a Ti,
Si, gracias a Ti,
Que me das gran Amor por tus Sacerdotes,
Diaconos, Seminaristas…
Ministros tuyos Señor.
Oro por cada uno de ellos,
Guárdalos en tu Sagrado Corazon Inmaculado,
Líbralos de todo mal, para que tu Gracia los acompañe
Todos los días de sus vidas, en este caminar hacia Ti.
Que el Espíritu Santo,
Santifique cada una de sus acciones,
Que no desfallezcan en la tarea encomendada,
Antes bien, que te sirvan a Ti, en el prójimo,
Con alegria e ilusión,
Con humildad y misericordia,
Con sencillez y transparencia.
Entregados solo a Ti,
Para que con Sabiduria y Ciencia,
Buen Consejo y Piedad,
Sean Santos Sacerdotes de tu Reino.
Ruego a Dios Padre, en tu nombre Señor Jesus,
Por los Sacerdotes…
Tus Sacerdotes, Señor.

Manuela González Aguilera

domingo, 2 de junio de 2013

Navidad en mi corazón

Este año es de nuevo Navidad para mí, hoy es Navidad en mi corazón. 

Como María, en la fe y obediencia, sin entender, me he dejado conducir por el Espíritu de Amor. 

El Señor, ha obrado maravillas, por obra y  gracia del Espíritu Santo, he gestado por la fe, un nuevo hijo en Dios, en el Hijo Amado.


Curiosamente, por la fe ha nacido, como Jesús, en las afuera de la ciudad, en lo marginado y excluido, en el silencio, la soledad y el olvido. Solo Dios y a quien Él ha querido revelar lo sabe.

Esta Navidad, Jesús, ha elegido este sitio, entre los pobres más pobres. Una Luz ha amanecido, para iluminar a los que viven en sombras de muerte.

Dios bendiga y colme de bienes a este nuevo hijo, que por la fe, una vida nueva, en la vida de Dios, este año por Navidad, nos ha nacido.

Feliz Navidad amigo Jesús, tú eres Navidad en mi corazón este año, regalo de Dios para el grupo de fe y también para mí.

(Esta felicitación navideña, fue escrita especialmente y enviada, al joven que estuvo privado de libertad tres años, durante los cuales le estuve escribiendo... )

Manuela González Aguilera


Historia de una marioneta

Historia de una marioneta

Era esclava en su interior y le ataban todas las cosas de este mundo, hacía la voluntad de otros más fuertes y era incapaz de alzar la voz. Era cobarde, insegura, débil; se escondía en una falsa timidez, así que de esta cosa que era, nadie esperaba que rompiera un plato acostumbrados cuantos la rodeaban a que bailara al son de la música, ¡solo era una marioneta!

Un día, a la marioneta la dejaron caer al suelo, y se hizo añicos. Rota y sin nada, sola no podía arreglar en lo que había quedado convertida; dio un grito, desde la fe llamó a Jesús pidiendo auxilio, invocó su nombre, apenas sin fuerzas le dijo: "Señor, soy  un pecador, mendigo soy de Tu Amor, ya no puedo más, levántame de donde estoy".  La marioneta tenía roto el corazón y no entendía qué pasaba, no se conocía ni ella misma y desde el suelo se preguntó: ¿Quién soy yo? ¿Quién Eres Tú?

Desde el corazón hablaba con Jesús; como estaba roto en dos, una mitad era la marioneta, la otra mitad creía ella que era Jesús. Y así pasaban largas horas de día y de noche, hablando los dos, día tras día. Todo cuanto le decía Jesús, ella lo iba guardando en su interior, y así, después de un tiempo, sin darse cuenta, la marioneta estaba rehecha y en pié. Se miró en el Espejo que Jesús le había dado en su corazón, y brilló un arco iris de colores.

La marioneta no sabía con qué palabras agradecer a Jesús la transformación que había hecho en ella, pues en ese Espejo ya no era marioneta, tenía un vestido nuevo, era todo Blanco y su envoltura era Amor.

Delante del Espejo, repasó su vida y se dio cuenta que para llevar ese vestido nuevo, tenía que Amar a otros como Jesús le había enseñado: "Amaos como Yo os he Amado". Enviándola a predicar su Mensaje.

La marioneta, desde el corazón, sintió la mano de Jesús que la liberaba, cortando las cadenas, abriendo los barrotes donde el alma había estado prisionera, y le dio Libertad con su Amor. El alma, como una "paloma", empezó a volar, para cumplir la voluntad del Señor: Comunicar el  "Mensaje de Amor"

Manuela González Aguilera


La niña de los cuentos

Erase una vez, una niña a la que le gustaba mucho jugar con los cuentos. Cada día buscaba la manera de poder leer uno nuevo. Cerca de su casa, había una librería dónde los cambiaba por dos reales casi todos los días, junto a sus hermanas y compañeras de colegio, le fascinaba.

Tanto le gustaba leer esas fábulas, que sin darse cuenta, se metía en los personajes hasta interpretarlos, a veces hacían teatros entre todas. ¡Era una soñadora! Así fue cumpliendo años, escondida entre sus fantasías, era todo tan bonito y tenía siempre un final tan feliz, que no quería salir de los cuentos. Cada vez que salía de su ensueño, veía cuan diferente era todo en la realidad que ella vivía.  La ilusión de niña, hizo que se refugiara más y más en sus libros. Ellos, la transportaban a un mundo mágico, maravilloso, lleno de aventuras nuevas y de Amor.

Pasó el tiempo y la niña seguía con sus jácaras, hasta que un día se despertó y tomó conciencia de haber quedado atrapada entre las páginas de su cuento favorito. Dentro del cuento, ella misma comenzó a vivir e interpretar el papel que le habían designado, durante cuarenta años, sin saberlo.

Comenzó a escribir páginas y páginas con la historia de su vida en el corazón del libro. Un buen día, entre esas páginas, se encontró a un “duendecillo” y éste le susurró:

-"Niña, estás viviendo en el libro equivocado"

-"¿Quién eres tú?", le preguntó la niña.

-"Soy el personaje real de este cuento, al cual tú no perteneces."

-¿Y quién soy yo entonces?"

-”Aquí eres fantasía, Tú perteneces al Libro de la Vida". Allí eres realidad.", le contestó el duendecillo.

"No conozco ese libro", dijo la niña

-¡Cómo lo vas a conocer, si llevas casi toda tu vida dentro de los cuentos que han escrito otros!

El Libro de la Vida, eres tú.

"Sal de aquí y comienzas realmente a escribir tu vida, dentro de ese Libro, que eres tú."


Manuela González Aguilera

“Comer del fruto prohibido”

Cuando el egoísmo humano sale  a mi encuentro,Camino de espalda a tu Amor Señor y me hace infeliz.Cuando el dominante, domina al dominado,En el dominado, aflora  enfado, ventolera,  mortificación…La negatividad del ser humano está a flor de piel.

Viene a mi mente, el relato del Génesis 1, 8: “Cuándo el hombre y su mujer sintieron los pasos de Dios, el Señor, que estaba paseando por el jardín al fresco de la tarde, corrieron a esconderse entre los árboles del jardín para que Dios no los viera". Así es como me siento, me escondo de Dios,Me escondo de Tí Señor, después de “comer del fruto del mal”El fruto  del egoísmo, enfado, resentimiento, mortificación...
Por mi falta de caridad, paciencia, comprensión...
Pero me llamas para estar conmigo, a pesar de mis miserias,
No quieres que caiga en la tentación de alejarme de Ti,
Con tu Vida, rescataste la mía de la “muerte”
Muy caro te costó el rescate...
Y yo, sin nada que ofrecerte, más que mis miserias,
Te doy infinitamente las gracias... por tu Gracia conmigo.

Manuela González Aguilera

Por no obedecer tus mandatos,