miércoles, 21 de diciembre de 2011

Contigo y sin Ti

Contigo, la Palabra se hizo Vida,
Sin Ti, la vida no germina.
Contigo, la Vida se goza,
Sin Ti, la vida es sosa.

Contigo, la Vida es fiesta,
Sin Ti, la vida es tristeza.
Contigo, la Vida es servicio,
Sin Ti, la vida es trueque.

Contigo, la Vida se ordena,
Sin Ti, la vida se enreda.
Contigo, la vida enriqueces,
Sin Ti, la vida empobrece.

Contigo, vivo en Vida,
Sin Ti, muertes repetidas.
Contigo, la Verdad  libera,
Sin Ti, la oscuridad se disfraza.

Contigo, el mundo duele,
Sin Ti, horroriza.
Contigo, levanto caídas,
Sin Ti, quedo tendida.

Contigo, camino sin miedo,
Sin Ti, ando perdida.
Contigo, saboreo tu cielo,
Sin Ti, en “infierno” quedo.

Contigo, degusto tu Paz
Sin Ti, como guerrillas.
Contigo, criatura nueva soy,
Sin Ti, marioneta en la vida.

Contigo, vivo el perdón,
Sin Ti, me devora el rencor.
Contigo, estoy Salva,
Sin Ti, “me llevan los demonios”.

Jesús, solo en Ti encontré, la Fuente de la Vida, que me hace feliz.
Ahora entiendo tu Palabra Señor: Yo Soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mi, aunque muera vivirá; y todo el que vive en mi, no morirá jamás. ¿Crees esto?... (Jn 14, 1-6)

 “Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por Mi, se salvará”. (Lc 9, 24-26)

Gracias infinitas Jesús, por el regalo de tu  Vida en mi vida…
¿Quién quiere vivir sin Ti Señor?
Quien quiera vivir sin Dios,
No le conoce, como le estoy conociendo yo.

Manuela González Aguilera

A ejemplo de los Magos

Amado Jesús,
que a ejemplo de los Magos,
caminemos también nosotros para adorarte,
aquí en el Templo ante el Sagrario.

En Catequesis con nuestros compañeros,
en casa con nuestras familias,
y en nuestros corazones.
 
Que no nos presentemos ante Ti,
con las manos vacías
que te llevemos:

El Oro de nuestras ofrendas.
El Incienso de nuestra oración.
La Mirra de nuestro esfuerzo.
Para conocerte y amarte más cada día,
y ser fieles a tu Mensaje de Amor.
 
Amado Jesús,
que te encontremos siempre,
junto a tu Madre María,
a quien veneramos como Madre de Dios,
y Madre nuestra. Amén.
 
Manuela González Aguilera